Primero debes quererte a ti mismo! (1)
En el trabajo psicológico das cuenta que la gente no es tan egoísta como creemos sino que lo que cuesta es saberse estimar o mejor dicho estimarse sin sentirse mal. No hace mucho que una persona me decía que debería estimarse más para poder ser más libre y para estar mejor con los de casa. Era una respuesta llena de sentido a la que había llegado después de tiempo de trabajar aspectos personales y de haber cambiado lo que entiende por estimar y quererse.
Amar es, demasiadas veces, un acto, una voluntad hacia los otros, a favor de los demás, sin pensar en ti mismo. Por influencias religiosas y también psicológicas se ha entendido como un dar a cambio de nada, un hacer sin parar, o un no expresar lo que uno le gusta. Y en esta supuesta manera de estimar se esconde un no amarme a mí mismo, ni valorar lo que siento, deseo o quisiera disfrutar. Digamos que hago ver que amo a todos pero el primero al que no quiero es a mi, precisamente aquel de quien debo tener más cuidado y más responsable soy. Porque demasiadas veces amamos a los demás, nos preocupamos de los demás para que, inconscientemente, los demás nos quieran. Es decir, no me siento lo suficientemente valioso para amarme, me siento mal si lo hago y espero que siendo buena persona y agradable con los demás estos me tendrán en cuenta, valorarán lo que digo y no me dejarán de lado.
El problema llega cuando los otros no reaccionan como esperamos. O bien no están demasiado pendientes de nosotros o bien no son tanto entregados como quisiéramos. Entonces nos sentimos defraudados o menospreciados y sufrimos por cómo los otros nos han dado después de lo mucho que hemos hecho por ellos y lo mucho que nos hemos sacrificado.
En medio de esta y otras situaciones necesitamos dar un giro interno que no es ni fácil ni posible con sólo buenas intenciones, o cursillos que nos digan: ámate más! Que más quisiéramos que hacerlo pero por más que sepamos la teoría o nos lo hayamos repetido una y mil veces no acabamos de creer en nosotros.
Hay un dicho que dice: "la caridad bien entendida empieza por uno mismo". Qué difícil se hace valorar el propio cuando no se nos ha facilitado esta enseñanza o cuando nosotros hemos crecido pensando que lo nuestro no era valioso y que sólo con el aprecio y valoración de los demás seríamos alguien. Qué mentira !. El primer amor debe ser el nuestro. No es necesario que buscamos fuera lo que tenemos dentro, no es necesario que vamos mendigando lo que debe ser el primer deber y gozo de toda persona: ser responsable de sí mismo, valorar lo que tiene y ser agradecido con lo que ha recibido y sigue recibiendo. Entonces podrá ser más libre y vivir más feliz ... y dentro de 15 días, lo acabaremos de explicar.
Eduard Fuentes, psicólogo.