"Uno no cobra más Fuerza Cuando se sabe Decir que sí"
Decir sí o decir no parece cosa fácil pero por el contrario es una de las expresiones más arriesgadas de la vida. Uno no o un sí tienen fuerza en función del momento, del contexto y sobre todo si la persona se atreve a ser libre para poder contestar. Algunas personas suelen decir no por principio, como los niños pequeños que hay una etapa en la que dicen no sin más, simplemente por llevar la contraria y para ver la reacción de los adultos y en especial de sus padres. Pero cuando somos mayores si a todo solemos decir no es que nos hemos instalado en la negación o en la frivolidad de querernos afirmar y destacar dando una opinión que no depende tanto de nuestro pensar como de la opinión del que tenemos delante. Creo que el político que pronunció esta frase hace pocos días precisamente quería evitar que lo tengan por una persona que cambia de camisa según los vientos que soplan. Y ciertamente en aspectos fundamentales de la unidad de España y el respeto por Cataluña no ha cambiado nada, y lo que es mas fuerte, tampoco le permitirían! Por otro lado debemos reconocer que muchas personas les es más fácil decir que sí no negarse a hacer algo o escoger diferente en función del propio gusto, pensamiento o situación personal que vive. Decir no con sentido y criterio no es muy fácil y psicológicamente hablando es de lo más complicado que hay. De pequeños nos han educado en una dirección determinada: la de ser obediente si queremos ser buenos niños y buenas niñas y eso quiere decir sí a lo que nos dicen los padres, educadores y en general personas mayores. Decir no puede hacer reír en algún momento si es entendido como una gracia que hace la criatura pero no será bien aceptado si el pequeño muestra un gusto o voluntad distinta de la de los adultos. Entonces fácilmente será castigado ya sea con miradas, palabras o incluso con un tono de voz más alto de lo normal. Decir no con sentido y responsabilidad sólo se puede hacer cuando la persona se siente suficientemente confiada en sus opiniones y decisiones y no tiene demasiado miedo a la reacción de los demás. Cuando puede asumir que los demás puedan enfadar, cuando su bienestar pasa por delante del querer quedar bien o querer contentar a todos. Saber decir sí y saber decir no tiene menos que ver con una técnica o un saber teórico pero que con la autoestima que tenemos, o con la dependencia con la que vivimos las cosas y la responsabilidad que queramos asumir en la vida. Por eso este político tan "popular" remarcó su capacidad de decir sí para que no lo confundieran con una persona sin opinión cuando dice no a ciertos dogmatismos o rigideces que suenan cosmética electoral.
Eduard Fuentes